El fontanero ha tenido que elegir entre reencontrarse con Carmen o ver a su hermana
No lo ha dudado ni un segundo: «Mi hermana, cien por cien. Mi hermana va primero siempre». Tras resolver este primer dilema, llegaba el segundo: ver a su hermana o ser inmune. Con la misma seguridad que en su primera decisión, Rafa se mantenía: «Veo a mi hermana».
Pero aún le quedaba una prueba a la que no sabía si podría resistirse y es que para encontrarse con ella iba a tener que atravesar el salón de la casa y ahí estaría Carmen. Su misión sería la de no intercambiar ni una palabra con ella, actuar como si no estuviera. «Con Carmen ni pío, vale», decía convencido.
Lo que podría haber sido un reencuentro apasionado ha quedado reducido a miradas cómplices y un solo gesto: una peineta. Peineta que, por supuesto, Carmen le ha devuelto. Y tras la peineta, las risas de los dos.
La decisión de Rafa no le ha pillado por sorpresa: «Yo sabía que iba a elegir a su hermana». Sobera le ha ofrecido la oportunidad de decirnos a todos lo que le hubiera dicho a él: «Quiero pedirle perdón si en algún momento le he condicionado o le he hecho sentirse mal. Quiero decirle que le quiero un montón, que le echo de menos, que nos vemos fuera y muchas cosas más».
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